Local comercial ubicado en Palermo Soho (Capital Federal) a dos cuadras de los Outlets en Av. Córdoba. 220m2.
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INFO MERCADO INMOBILIARIO
LAS CLAVES PARA COMPRAR AL COSTO
Las pocas alternativas de inversión colocaron a los ladrillos en el tapete entre las preferencias de quienes tienen cash. Lejos del colchón, los inversores buscan evitar que la inflación termine carcomiendo sus ahorros.
Y por efecto transitivo, los fideicomisos inmobiliarios ganan terreno. Resguardo de capital, pago al costo y en cuotas, y una inminente revalorización del metro cuadrado una vez concluído el emprendimiento explican la proliferación de esa figura financiera que promete márgenes de hasta 35 % en dólares durante el tiempo que se construye un proyecto, en general 24 meses.
Aunque hay casos que, incluso, lo superan. "A fines del 2007 cuando el costo de construcción era menor al actual y los valores de venta similares, se lograron diferencias del 100 %", confiesa Andrés Brody, director de la desarrolladora Brody Friedman.
La ley que reglamenta la figura surgió en la década del noventa, pero tomó relevancia hace cinco años cuando terminaron de pulirse algunos ajustes técnicos. “Había ciertas limitaciones impositivas que lo hacían menos atractivo”, explica Aníbal Montes, presidente de la inmobiliaria RG-Montes.
Así las cosas, el fideicomiso inmobiliario al costo, pasó de ser un instrumento utilizado por amigos de confianza a transformarse en el core de algunos jugadores del sector que migraron del modelo de venta tradicional.
Esto es, dejaron de construir pre-vendiendo, con créditos de bancos y a un precio cerrado en dólares y optaron por estructurar fideicomisos.
"Lo que buscaron fue sacarse el riesgo de encima. Pero hay que tener en cuenta que no venden un departamento sino un producto de inversión", define Damián Tabakman, consultor de negocios inmobiliarios, y adelanta que por la inflación, ya prácticamente nadie vende desde el pozo a precio cerrado.
“Es un negocio de confianza sustentado en esa figura. No se vende una unidad, lo que se hace es ceder derechos y beneficios a un tercero”, profundiza la explicación Montes.
Alentados por la incertidumbre macro, hay desarrolladores que prefieren abrir el juego de su negocio y arriesgar "poco".
En este sentido, el fideicomiso les calza justo. Se trata de un contrato -basado en la confianza- entre dos partes, los fiduciantes -los inversores- y el fiduciario -que puede ser una persona física o jurídica, cuya función primordial es administrar el fideicomiso-.
"Este sistema da la posibilidad de pertenecer al esquema asociativo de un negocio inmobiliario sin pagar el margen del desarrollador", describe Ignacio Camps, gerente comercial de Argencons, la empresa pionera en la implementación de esa figura.
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Fuente: http://www.cronista.com