La inflación lentamente se va comiendo los márgenes de un negocio. No sólo de los que operan en pesos, sino también de aquellos que se realizan en dólares como el alquiler temporario de departamentos a turistas extranjeros.
Se trata de un negocio que para muchos propietarios significa una manera de hacer una diferencia monetaria pero que por la suba de los costos y el precio del dólar planchado cada vez es menos atractivo.
Y lo es a pesar de que una gran cantidad de turistas extranjeros prefiere las comodidades de la “casa propia” a las de los hoteles o albergues.
De hecho, varios brokers consultados por El Cronista coincidieron en señalar que el sector no logra recuperase de las pérdidas de 2009 y que la inflación y el incremento de las expensas y los servicios se está comiendo la parte rentable del negocio.
En especial porque el valor de los alquileres no sube al mismo ritmo que el de los costos que deben afrontar los propietarios como hacerse cargo de los servicios y de las expensas.
En la actualidad, un monoambiente de 40 m2 en Recoleta se puede alquilar por u$s 40 el día; mientras que un departamento de 42 m2 en Palermo Hollywood llega a u$s 50 por día. Por semana, la cifra ronda los 250 dólares.
“Hoy, para los propietarios no es tan rentable alquilarle a un extranjero como lo era hace cinco años porque se redujeron los tiempos que se quedan los turistas en las viviendas”, explicó Ariel Szeinbaum de la compañía especializada en alquiler temporario For Rent.
Según su visión, el piso de la caída fue en julio de 2009, cuando las operaciones se redujeron 50%. Y, pese a que este año hay un mejor movimiento, igual cree que el sector aún está muy por debajo de los números de 2008.
“Cambió el perfil. Antes se alquilaba con mucha anticipación y por plazos más largos y hoy prefieren hacerlo por el día para buscar continuamente mejores precios”, sentenció el especialista.
Del mismo modo, uno de los responsables de Baires Apartment, otro broker inmobiliario dedicado al alquiler temporario, describió una imagen similar. “El público cambió, y hoy busca más precio que calidad”, sostuvo, al tiempo que agregó que “se perdió el público que llegaba y alquilaba por dos semanas”.
Este nuevo perfil también significó un cambio en la oferta. Mientras años atrás estaba concentrada en los barrios de moda –Palermo y Las Cañitas– y los históricos –Recoleta– ahora se sumaron otros más tradicionales como Almagro y Congreso, periféricos a los top.
Además, las páginas web se poblaron de promociones a la espera de las vacaciones de invierno y de los turistas llegados de Estados Unidos y Europa.
Pero a este cóctel negativo, se le suman problemas derivados de la crisis financiera que azotó al mundo, y de la Gripe A, que posicionó al país como zona de riesgo.
La jueza Nacional en lo Civil María Battaini prohibió a una propietaria alquilar temporariamente a turistas porque alteraba reglas de convivencia.
Seguir leyendo.
Fuente: http://www.dolaraldia.com