Gurruchaga: A cielo abierto

La calle, que cruza los barrios de Palermo y Villa Crespo, reúne más de un centenar de locales, la mayoría dedicados a los rubros textil y gastronómico.

En las últimas dos décadas la calle Gurruchaga vivió una metamorfosis permanente, aquella arteria que atraviesa los barrios de Palermo Viejo y de Villa Crespo poco a poco fue dejando de lado sus tradicionales características.

Llas casas antiguas -muchas construidas entre las décadas del 30 y del 50- comenzaron a transformarse, gracias a los trabajos de reciclado, en locales comerciales donde conviven desde importantes firmas de indumentaria para damas y caballeros hasta espacios de diseño, comercios dedicados al mobiliario y locales gastronómicos.

De aquel barrio tranquilo y de casas bajas, donde los pasajes empedrados parecían guardar el eco de los juegos infantiles y de las largas tertulias de vecinos, hoy poco queda.

La calle Gurruchaga y sus proximidades laten al ritmo de los nuevos tiempos que les toca vivir, una mezcla de vorágine y consumo; el gen de semejante cambio es un fenómeno comercial, inmobiliario y turístico, que comenzó a gestarse a fines de la década del 90.

Si bien Gurruchaga se convirtió en una calle netamente comercial, tiene dos sectores bien diferenciados: los primeros 800 metros, comprendidos entre Guatemala y la avenida Coronel Niceto Vega, y el resto, entre Córdoba y Corrientes.

En el primer sector, que se encuentra en el otrora denominado Palermo Viejo (hoy conocido como SoHo), conviven los más diversos rubros.

“El movimiento en esta parte comenzó hace casi dos décadas y tuvo como centro la plaza Julio Cortázar (conocida por los habitués como la placita Serrano, en Serrano y Honduras).

Al principio la zona se caracterizó por ser un polo gastronómico donde se ofrecía una amplia oferta de restaurantes y bares”, recordó Jorge Safar, gerente de Oppel SA.

Horacio Berberian, de la inmobiliaria Shenk, una de las firmas que se especializan en este sector porteño, agregó: “Poco a poco comenzaron a sumarse los locales de indumentaria, los anticuarios y los espacios de decoración (que proponían modernos y originales diseños). Al tiempo, este polo comercial comenzó a expandirse -unos 400 metros- hasta llegar a la plaza

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Fuente: http://www.topinmobiliario.com/